Las curvas de desarrollo recogen la medida de los parámetros que reflejan el crecimiento de tu hijo. Los principales son la talla y el peso, aunque existen tablas para el perímetro de la cabeza o la grasa corporal. Ninguno de estos datos se interpreta de manera aislada, sino en relación con la edad y el sexo porque el patrón de crecimiento es ligeramente distinto en niños y niñas.
En el cuaderno de Salud de tu bebé, encontrarás varias gráficas de percentiles, según la edad y el sexo, donde figuran varias líneas, cada una con un número: 3, 10, 25, 50, 75, 90 y 97. Para conocer en qué percentil se encuentra tu bebé -por ejemplo, de talla-, debes buscar primero su edad en el eje horizontal y después su talla en el eje vertical. Trazando una línea en cada punto, lograrás que ambas se crucen sobre alguna de las líneas de percentiles del gráfico y ése será el percentil de talla de tu hijo.

Una buena señal es que los percentiles se mantengan similares a los del nacimiento y que no se haya producido ningún descenso o ascenso brusco, si un niño se encuentra por debajo del 3 o por encima del 97, el especialista estudiará la causa, lo mismo que si no sigue su curva de crecimiento en su percentil habitual
http://www.cdc.gov/growthcharts/data/Spanishpdf95/co06l021.pdf
Cómo leer las gráficas de percentiles
Existen gráficas para cada parámetro: el peso, la talla, el perímetro de la cabeza, la grasa corporal, etc. Las más utilizadas son las de peso y talla, diferentes según se trata de varones o mujeres.
¿Qué significa que tu hijo esté en el percentil 10 de peso? Que si lo comparamos con 100 lactantes normales de su misma edad, habrá solo 10 que pesen menos, mientras que los otros 90 pesarán más que él. Lo mismo vale para la talla. Si decimos que tu hijo está en el percentil 75 de talla, estamos diciendo que comparado con cien lactantes normales, 75 medirían menos y 25 más. Dicho de otra forma, si ponemos en fila a estos cien lactantes normales según su talla, tu hijo estaría en el puesto 75.
Todas las líneas de los percentiles corresponden a valores normales. Dentro de los límites de la normalidad hay niños muy rechonchos y otros más delgados, lo mismo que habrá niños altos y niños bajos. Los niños excesivamente altos o gordos estarían por encima del percentil 97, mientras que los excesivamente bajos o delgados estarían por debajo del percentil 3.
Lo importante no es tener un percentil alto, sino crecer y engordar de forma más o menos regular en torno a un percentil.
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